¿Qué sucede cuando alguien de repente deja de contestar y ‘desaparece’?
Es una forma de dominación, de ponerse por encima de nosotros. La lógica es que tú andas detrás pero la otra parte tiene el poder: te ignora o pospone la respuesta a su antojo.
Sientes que tal vez es por algo que has hecho mal, que no has caído en hacer o decir X o que tal vez se te escapó algún detalle…¿son ellos o la has cagado tú? En otras palabras, empiezas a pensar de más.
Frustración. Si estás dándole vueltas a cualquiera de las situaciones del ‘no contesto’ es porque obviamente esperas algo de la otra parte. Esa respuesta no llega, y de alguna manera sigues esperando.
Alguna vez he pensado hacer una relación de casos que me han pasado de ghosting -yo lo empecé llamando ‘no contesto’ pero luego descubrí que ya tenía un nombrajo de esos que expanden la hegemonía cultural anglo en que vivimos.- Sería tan larga esa lista (dejando de lado Tinder) que solo merece la pena rescatar alguno de ellos. Veamos,
Hay que diferenciar, claro está, el que no te contesten nada si coges y mandas un mensaje frío a alguien -persona o empresa- y no vuelves a saber nada, de una interacción más desarrollada: segunda o tercera entrevista (hola Secuoyas, hola NTT Data), que nos pidan en la reunión en su oficina que les pasemos un assessment (hola Victoriano), y cosas así. Es entonces cuando ver desaparecer al otro nos va a frustrar. Tampoco creo que haya que considerar ghosting las ocasiones en que no contestamos algo inapropiado o demasiado insistente.
Hace tiempo, estudiando la carrera en la uni, había un compañero que además coincidía que era de la misma ciudad que yo. Estábamos en la misma clase, la misma residencia, recuerdo que teníamos muy buena relación, nos llevábamos muy bien; siendo aparentemente amigos. Eso sí, cada vez que no existía ese vínculo, ese espacio común, simplemente desaparecía para no volver. No era, ojo, solamente conmigo. Era su forma de socializar, de pasar por esta vida. Es como si la gente a su alrededor fueran calcetines que se ponía y quitaba cuando ya no veía necesidad; simplemente los echa a la ropa sucia para ponerse otros.
Con SoyData, de vez en cuando salieron algunos ‘bolos’ para impartir cursos -bien directamente yo, o bien alguno de los instructores de la plataforma-. Aquí se dieron múltiples casos, de hecho te llegas a acostumbrar a asumir que un porcentaje relativamente alto de la gente directamente hace eso y ya está. Ya está, pero eso tiene consecuencias, claro.
Más recientemente, recuerdo la enorme coincidencia que me sucedió justo al empezar en el trabajo que tengo ahora. En el periodo de transición anterior recuerdo que estuve contactando con fondos VC y hubs de startups para estudiar colaboraciones posibles, trabajar con ellos. Uno de estos contactos fue un pequeño grupo de inversores que a su vez estaban en la dirección del hub de emprendedores de una universidad cercana a donde vivo.
La cuestión es que tras una primera reunión aparentemente muy prometedora -”ya estás dentro, ya eres uno de nuestros mentores”, “eso será sólo el principio“ recuerdo.- y de asistir yo a un par de reuniones representando a estos inversores sin recibir nada a cambio, de repente la comunicación se cortó abruptamente. Un teams sin acudir, mensajes y llamadas sin resultado. Solo una vez obtuve una respuesta del tipo “te llamo luego” sin volver a saber más (lo cogió porque llamé desde el fijo). Pasaron varios meses.
Entonces, justo el domingo antes del primer día en mi nuevo trabajo, me llega un mensaje por linkedin, el director de este hub quería hablar esa misma mañana (domingo…) y esto fue seguido de una llamada suya al mediodía y otra de nuevo a primera hora el lunes.
Yo sí devolví esa última llamada, aunque obviamente no estaba nada cómodo con la situación. Lo que siguió es una conversación que fue tornándose cada vez más tensa. Él empezó intentando sacarme a mí toda la información posible sobre qué estoy haciendo ahora, dónde y cómo (no le dije nada) pero al mismo tiempo rehuía dar detalles sobre la oportunidad en cuestión, que era lo que yo quería escuchar para decidir al respecto. ¿Qué ocurrió después? Pues que le dije que me extrañaban esas prisas después de haberme dejado tirado esperando meses. Esto le indignó, literalmente, y ahí acabó la cosa.
Antes decía que lo del ‘no contesto’ es una forma de dominación, de tener la sartén por el mango. Pero no siempre sale bien.
En el manual de cómo hacer las cosas rematadamente mal creo que deben aparecer algunas de estas ‘aceleradoras y un poco de todo’, también mucho vehículo de inversión; ojo no solamente entre los que están en ciudades pequeñas, pero no me quiero alargar. Cuando veo algunos posts de ciertos sitios y personas verdaderamente se me revuelve algo por dentro, pensando en la hipocresía que hay por debajo en nuestra sociedad.
Otra anécdota que me resulta incluso graciosa fue uno de estos ‘no contesto’ que tras dejar un par de mensajes sin respuesta durante la etapa SoyData, en mi siguiente trabajo -voilà- resultó ser él el que tenía que presentarnos sus servicios y yo tomar la decisión de elegir a su consultora datatech o a otro de entre los posibles proveedores. No penséis mal; unas risitas nerviosas de conejo por su parte al principio y después todo transcurrió con normalidad, sin tenerle en cuenta nada de lo pasado, y sin sacárselo a relucir como pienso que él se temía. El proyecto era la prioridad, tiene que ser así. El caso es que al terminar mi relación laboral en aquel sitio, de nuevo volvió a sus costumbres. Todo vuelve, supongo; y te tienes que reir sin más.
Como ya habrás podido imaginar, querido lector, desconozco la solución mágica para evitar que esto suceda, y tampoco veo una receta 100% efectiva para cuando ya nos ha pasado. ¿Es un problema complejo, que diría Javier G. Recuenco? Pienso que no, creo que es más una cuestión de ética y poder. En definitiva es la comunicación entendida exclusivamente desde el interés. Lo complicado son las soluciones a estos problemas tan comunes. Las vías que se me ocurren son estas:
Respuesta simétrica. Al no contesto no le contesto.
Mandar a paseo. Puedes hacerle ver al sujeto en cuestión, de una forma más o menos vehemente, que eso no ha estado bien y que hay consecuencias.
Lo mismo de arriba, pero sin mandarle a paseo y sin consecuencias.
No hacer nada. Que a veces es la mejor opción, y otras la que nos queda, siendo honestos.
Si está bien, si es tan fácil ¿por qué duele así?
Parece que todo es cuestión de tomar decisiones, ser fríos y tener las cosas claras. Entonces todo está bien. Pues no. Como dirían Los Planetas, si es tan fácil ¿por qué duele así?
Porque somos personas, no monigotes con estrategias estudiadas, powerpoints y hojas excel con cuentas de resultados y un instagram donde brilla con filtros nuestro éxito en la vida. Hay algo más.
Porque cuando me cruzo a Pablo en la Conferencia ESRI escabulléndose siento que no le puedo saludar después de que me dejara tirado para hacer un curso en el IGN. Es decir, pierdo dos veces. Porque cuando veo que Victoriano mira hacia otro lado en el Google Campus, tal vez recordando que se olvidó completamente de contestar al informe que le envié (y su recordatorio posterior), entonces las emociones son negativas en ambos lados. Porque cuando Carlos está sentado en la mesa detrás mío en el Horizonte y puedo oír cómo conversa con la chica que ahora desempeña ese trabajo que con tantas prisas quería ocupar conmigo aquel domingo, es palpable la barrera que hay creada (por desgracia no sólo con él). Emociones que alejan, se crea una brecha y las oportunidades disminuyen a nuestro alrededor.
Ahora escribiendo esto más que sentir rabia es tristeza lo que me pasa por dentro. Te acuerdas de sus familias en el momento que ocurre, pero con el tiempo la frustración se disipa, llega la incomodidad, y la tristeza.
El no contesto es un juego en el que no gana nadie.
Efecto Cafetería es para mí una ventana hacia el mundo, en la cual expongo sin ninguna pretensión mis ideas y experiencias, de la manera más espontánea y directa posible.
No sé.. es otro de los silencios (malos) en contraste con el ruido (malo) del que también has hablado. Me viene a la mente el silencio administrativo, por ejemplo, tan cargado de mala leche: "no me molesto ni en decirte que no" o ese correo que mandas diciendo que el trabajo se ha hecho (por fin) en tiempo y forma y ni si quiera recibes una respuesta dando el recibí... o que llames al fontanero por que te llega el agua a la cintura, que te diga que estará en un rato y que te des cuenta que no va a venir cuando te salen champiñones en las corvas... Sería interesante saber cuando es cosa de ser un desaprensivo unineuronal encantado por las sabidurías coaches que tanto molan (desde hace ya un tiempo, que esto no es nuevo) o que son unos maleducados con los que es mejor no tener nada en común. Yo, por mi parte, ni uno, ni otro ni el de más allá... me hago un ghost y así intento pasar desapercibido. Salud y pacharán¡¡